Sobre un ciervo muerto, una estúpida tradición y su consagración (Plumlov - Octubre 2008)
Cada año, de septiembre a noviembre, ciervos, faisanes, liebres y otros son sacrificados en iglesias y sobre sus cuerpos, en santa reverencia, está de pie la gente que tiene como entretenimiento y misión cazar y matar animales (y para este fin, también hacerse cargo de ellos). La cacería y la matanza están bendecidas por un cura, la biblia se lee, la gente se arrodilla, reza, sopla los cuernos y se siente solemne.
Es la masa de San Hubert.